21 de octubre de 2025

Santino recibió su primer trasplante de médula en Singapur y renueva la esperanza

Este viernes, en el KK Women’s and Children’s Hos­pi­tal de Sin­ga­pur, San­ti­no Rzes­niowiec­ki —el niño misionero de 7 años— recibió su primer trasplante de médu­la ósea en el mar­co de un tratamien­to inno­vador y per­son­al­iza­do. La inter­ven­ción se con­cretó gra­cias a la donación de célu­las madre de su papá, Erik, quien se con­vir­tió en su primer donante com­pat­i­ble.

La operación for­ma parte de un pro­to­co­lo en dos eta­pas dis­eña­do espe­cial­mente para su cuadro médi­co. En las próx­i­mas sem­anas, San­ti­no será someti­do a un segun­do trasplante, esta vez con célu­las madre prove­nientes de un cordón umbil­i­cal don­a­do por una mujer cana­di­ense a través de un ban­co inter­na­cional.

Des­de Sin­ga­pur, su mamá, Natalia Rodríguez, com­par­tió con emo­ción el momen­to vivi­do: “Se des­pertó con todo el ham­bre, con todas las ganas de nue­vo, pero está tran­qui­lo. Súper bien todo”, relató. “Aho­ra a con­fi­ar que va a seguir así, que todavía fal­ta un largo camino. La eta­pa más difí­cil va a ser a par­tir de la segun­da sem­ana. Este es un comien­zo”.

El caso de San­ti­no rep­re­sen­ta un enorme desafío médi­co. El pro­to­co­lo al que fue someti­do per­mite realizar el trasplante aún cuan­do la enfer­medad no se encuen­tra en remisión com­ple­ta. De hecho, el últi­mo aspi­ra­do medu­lar pre­vio al trasplante detec­tó ape­nas un 2% de célu­las malig­nas, lo que habil­itó el avance del pro­ced­imien­to.

“El estar acá, que San­ti haya lle­ga­do a su primer trasplante, es un mon­tón”, expresó Natalia. “Después de tan­tos mal­os pronós­ti­cos… no por sus médi­cos de Buenos Aires, sino por otros de dis­tin­tas partes del país y del mun­do. Así que, nada, felices”.

San­ti­no fue paciente del Hos­pi­tal de Pedi­atría de Posadas y del Hos­pi­tal Gutiér­rez de Buenos Aires, donde se sometió a dos trasplantes ante­ri­ores que no lograron fre­nar la enfer­medad. Luego de descar­tar una alter­na­ti­va en España, la famil­ia fue acep­ta­da en Sin­ga­pur, en un cen­tro de alta com­ple­ji­dad con expe­ri­en­cia en casos como el suyo.

Un tratamiento costoso y una red de solidaridad

El tratamien­to no solo rep­re­sen­ta una esper­an­za médi­ca, sino tam­bién un enorme esfuer­zo económi­co. La colec­ta sol­i­daria ini­ci­a­da en Argenti­na per­mi­tió cubrir los primeros gas­tos, pero el pre­supuesto ya superó los 500 mil dólares esti­ma­dos ini­cial­mente, y aún se nece­si­ta recau­dar más para con­tin­uar con el pro­ce­so.

Las dona­ciones pueden realizarse a través del alias amorporsantino.arg (a nom­bre de su padre, Eri­co Oscar Rzes­niowiec­ki) o medi­ante platafor­mas como Pay­pal, Twitch y Prex para quienes deseen colab­o­rar des­de el exte­ri­or.

El camino de San­ti­no todavía es largo, pero este primer trasplante mar­ca un avance cru­cial. Cada día suma una nue­va dosis de esper­an­za, y cada gesto sol­i­dario ayu­da a sosten­er el sueño de su recu­peración.

Con infor­ma­ción de El Ter­ri­to­rio

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