Eldorado refuerza su operativo invernal para personas en situación de calle. Ofrecerán abrigo, refugio y acompañamiento social, con foco en casos individuales. El año pasado, tres personas iniciaron procesos de rehabilitación tras recibir esta ayuda.
Con la cercanía del invierno y el descenso previsto de las temperaturas, la Dirección de Acción Social de Eldorado ya organiza los operativos de asistencia para personas en situación de calle. Su titular, Ornella Beccaluva, confirmó que el municipio refuerza el stock de frazadas y articula nuevas gestiones para garantizar abrigo y contención durante los días más fríos. “Estamos lavando las frazadas que quedaron del año pasado e iniciamos gestiones para reponer más”, señaló.
El operativo contempla la disponibilidad de un espacio donde quienes lo necesiten puedan dormir, además de un acompañamiento social que analiza caso por caso. “Vamos a repetir el mismo esquema del año pasado, ofreciendo refugio y abordando también situaciones puntuales, sobre todo con personas que están de paso o de viaje por la ciudad”, explicó la funcionaria. En esos casos, se intenta facilitar su retorno a sus lugares de origen o canalizar la asistencia con las áreas sociales correspondientes.
Asistencia actual del municipio de Eldorado
Actualmente, el municipio tiene registradas a unas diez personas que requieren este tipo de ayuda durante el invierno. Aunque el número puede parecer bajo en relación al tamaño de la ciudad, Beccaluva remarcó que cada caso demanda atención y seguimiento. “No son muchos, pero son diez personas que tenemos que acompañar”, expresó, resaltando la responsabilidad social del Estado local.
Ejemplos de cambio de vida tras el operativo de asistencia
La directora también destacó que, más allá de la asistencia inmediata, estos operativos pueden generar cambios significativos en la vida de las personas. Recordó tres casos del invierno anterior: personas con consumos problemáticos que encontraron en el refugio un primer paso hacia su rehabilitación. “Dos iniciaron tratamientos y uno fue trasladado a la Fundación Reto. Todo comenzó con una noche bajo techo y una charla con la trabajadora social”, relató emocionada.