21 de octubre de 2025

Una mujer asesinó a una adolescente embarazada para robarle su bebé

Una mujer asesinó a una adolescente embarazada para robarle su bebé

Una trage­dia estreme­ce­do­ra sacud­ió Brasil cuan­do se des­cubrió que una mujer asesinó a una ado­les­cente de 16 años, Emil­ly Azeve­do Sena, que esta­ba embaraza­da de nueve meses, para robar­le a su bebé. El macabro crimen tuvo lugar en el bar­rio Jardim Flo­ri­anópo­lis, en Cuiabá, donde el cuer­po de la joven fue encon­tra­do el jueves en una fosa poco pro­fun­da en el patio trasero de una casa.

Emil­ly fue víc­ti­ma de un asesina­to bru­tal, y según la autop­sia, la joven aún esta­ba viva cuan­do le abrieron el abdomen con cuchil­los para extraer­le a su bebé. La policía iden­ti­ficó a la respon­s­able como Nataly Mar­tins Pereira, de 25 años, quien fue deteni­da jun­to con Chris­t­ian de Arru­da, de 28, aunque el hom­bre fue lib­er­a­do poco después.El caso comen­zó a desve­larse cuan­do la pare­ja de Pereira acud­ió al Hos­pi­tal San­ta Hele­na en Cuiabá, para reg­is­trar a un bebé recién naci­do, ale­gan­do que lo había dado a luz en su hog­ar. Los médi­cos, sor­pren­di­dos por el com­por­tamien­to de Pereira, aler­taron a las autori­dades, lo que llevó a la deten­ción de la mujer.

Pereira con­fesó que había atraí­do a Emil­ly a su casa bajo el pre­tex­to de regalar­le ropa para bebés, e inclu­so pagó el trans­porte para que la joven lle­gara. Una vez en su hog­ar, la mujer uti­lizó una llave de estran­gu­lamien­to para dejar incon­sciente a Emil­ly y luego la ató con cables. Tras ello, le abrió el abdomen con cuchil­los para extraer­le al bebé. Antes de morir, Emil­ly se des­pertó, y Pereira, aparente­mente sin remordimien­tos, le prometió que cuidaría bien de su hija, pero la joven fue estran­gu­la­da con cables poco después.

La acu­sa­da explicó que cometió el crimen porque había sufri­do dos abor­tos con­sec­u­tivos y desea­ba quedarse con el bebé. En sus declara­ciones, exculpó a su esposo y a otros hom­bres detenidos, ase­gu­ran­do que actuó sola. El jefe poli­cial Caio Albu­querque afir­mó que Nataly “no mostró remordimien­tos en ningún momen­to”.

En un giro escalofri­ante, el abo­ga­do de Pereira rev­eló que la mujer había per­di­do a su pro­pio bebé en octubre del año ante­ri­or, pero no le infor­mó a su famil­ia. Inclu­so, con­tin­uó sim­u­lan­do su embara­zo, par­tic­i­pan­do en gru­pos de futuras madres y pub­li­can­do una foto en redes sociales de la bebé roba­da, con la leyen­da: “bien­veni­da mi hija”, acom­paña­da de emo­jis de flo­res y cora­zones.

La autop­sia real­iza­da a Emil­ly detal­ló que las heri­das en su abdomen forma­ban una “T”, y que ella aún esta­ba viva cuan­do le extra­jeron al bebé. Los médi­cos uti­lizaron bol­sas de plás­ti­co para amor­tiguar sus gri­tos. La joven murió por pér­di­da masi­va de san­gre debido a un «shock hipo­volémi­co hemor­rági­co». Además, se hal­laron lesiones en su cara y en su ojo dere­cho, que podrían haber sido provo­cadas por puñe­ta­zos. El corte pre­ciso real­iza­do en su abdomen sug­iere que quien lo efec­tuó tenía conocimien­tos médi­cos.

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