Una mujer de 63 años denunció un millonario robo en su departamento ubicado sobre la avenida Roque Pérez, en Posadas, y señaló como principal sospechosa a su empleada doméstica, Guadalupe, de 22 años, a quien acusa de haber organizado un plan para sustraerle dinero y joyas por un valor estimado en más de 100 mil dólares.
Según el relato de la víctima, el hecho ocurrió el lunes por la tarde, cuando regresó a su hogar en un horario inusual y notó señales fuera de lo común. “Cuando llegué, todo parecía normal, pero me llamó la atención que no se hubiera cocinado. En mi casa siempre se come temprano y no había rastro de comida”, contó en diálogo con Misiones Online.
Poco después, la joven le explicó que había recibido un llamado telefónico en el que una supuesta prima de la dueña, llamada Andrea, le ordenaba entregar sus joyeros. “Yo no tengo ninguna prima Andrea”, aclaró la denunciante, que al ingresar a su habitación encontró los joyeros vacíos, el placar forzado y todas sus pertenencias revueltas.
Según la empleada, entregó los objetos a un hombre que la esperaba afuera del edificio. Sin embargo, la dueña de casa duda de esa versión y sostiene que Guadalupe fue parte del plan: “Ella simuló que la engañaron, pero hay detalles que no coinciden. Me dijo que su celular no funcionaba, pero habíamos hablado una hora antes. Además, usó un cuchillo de cocina y un palo de amasar para forzar los muebles, algo que un estafado no haría”.
La mujer también expresó preocupación por la seguridad de su madre de 92 años, quien vive con ella y habría sido presionada por la empleada para entregar más objetos de valor. “Menos mal que no nos hizo nada, mi mamá pudo haber sido agredida si se resistía”, expresó.
Investigación en curso
La Policía de Misiones investiga el caso como una posible estafa telefónica. Desde la fuerza indicaron que Guadalupe habría recibido un llamado donde se le indicaba que su empleadora no podía comunicarse y debía entregar los bienes a un desconocido. No obstante, los investigadores no descartan la hipótesis de una complicidad directa en el robo.
Agentes de la Unidad Regional I y la Dirección de Cibercrimen trabajan para identificar al hombre que retiró los objetos. En paralelo, la víctima evalúa iniciar acciones legales contra su ex empleada.
El monto sustraído no fue precisado oficialmente, pero la damnificada estima que supera los 100 mil dólares, considerando que solo uno de los relojes robados está valuado en cinco mil dólares.