La Fiscalía 10 de Luján solicitó al Juzgado de Garantías 3 de Mercedes la captura de Néstor Rebottaro, Walter Ariel Atrio, María Agustina Atrio y Matías Hernán Atrio, acusados de homicidio agravado por alevosía tras el linchamiento del albañil misionero Jeremías Sosa en la localidad de Olivera.
El pedido surge luego de que el Juzgado de Garantías 3 emitiera órdenes de detención para los cuatro acusados, tras una serie de apelaciones. Inicialmente, el juez Patricio Guillermo Arrieta había rechazado la detención, pero la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal revocó su decisión, ordenando que se efectivizara la medida.
Cuando la Policía intentó detener a los implicados, no los encontró en sus domicilios, lo que derivó en la solicitud de captura a nivel nacional. Según la investigación, los sospechosos podrían haber huido del país, lo que llevó a la Fiscalía a ampliar la alerta en los sistemas oficiales.
El crimen de Jeremías Sosa
El asesinato ocurrió el 22 de febrero, entre las 22 y 22:30 horas. Jeremías Sosa caminaba por la vía pública, aparentemente en un ataque de pánico, cuando un grupo de personas lo interceptó y lo golpeó brutalmente, acusándolo de ser un ladrón. Los agresores lo maniataron y continuaron atacándolo, incluso ante la mirada de numerosos vecinos.
La autopsia determinó que Sosa murió por un shock neurogénico causado por un traumatismo grave de cráneo. Inicialmente, la causa se caratuló como homicidio en riña, luego como homicidio en agresión, y finalmente fue recalificada como homicidio agravado por alevosía, delito que conlleva prisión perpetua.
Hasta el momento, tres personas están detenidas por el crimen: Lucas Samuel González Bonomo (23), Alex Iñiguez (25) y Gustavo Rocha (49). Sin embargo, la investigación sigue en curso y hay más sospechosos bajo la mira.
El pedido de justicia de la madre de Jeremías
A un mes del crimen, la madre de Jeremías, Margarita Martínez, expresó su dolor en redes sociales:
“Hoy es un mes desde que unos inhumanos me quitaron a mi hijo. Mi alma está deshecha, mi corazón en mil pedacitos. No entiendo cómo pudo pasar algo así en un pueblo donde me gustaba estar, un pueblo tranquilo de gente buena trabajadora”.