16 de octubre de 2025

Murió el Papa Francisco, a los 88 años, primer latinoamericano en liderar la iglesia católica

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El papa Fran­cis­co murió este lunes a los 88 años, según con­fir­mó el Vat­i­cano en un comu­ni­ca­do difun­di­do a través de su canal ofi­cial en Telegram. El dece­so se pro­du­jo ape­nas un día después de que el pon­tí­fice hiciera una apari­ción públi­ca des­de el bal­cón de la basíli­ca de San Pedro, durante la cel­e­bración de Pas­cua, en lo que se con­vir­tió en su últi­mo men­saje al mun­do.

“Queridísi­mos her­manos y her­manas, con pro­fun­do dolor debo anun­ciar la muerte de nue­stro San­to Padre Fran­cis­co”, declaró el car­de­nal Kevin Far­rell, quien leyó el comu­ni­ca­do ofi­cial del Vat­i­cano. “Esta mañana, a las 7:35 (05:35 GMT), el obis­po de Roma, Fran­cis­co, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estu­vo ded­i­ca­da al ser­vi­cio del Señor y de Su Igle­sia”.

El papa había sali­do recien­te­mente de una pro­lon­ga­da hos­pi­tal­ización tras pade­cer una neu­monía grave que lo man­tu­vo ingre­sa­do durante 38 días, has­ta su alta médi­ca el pasa­do 23 de mar­zo. Según fuentes vat­i­canas, había esta­do en esta­do del­i­ca­do y había enfrenta­do dos episo­dios críti­cos de salud durante el año.

A pesar de su con­va­le­cen­cia, el domin­go par­ticipó breve­mente en la misa de Pas­cua y dirigió la tradi­cional ben­di­ción “Urbi et Orbi” des­de el bal­cón de la basíli­ca, donde deseó a los fieles un “feliz domin­go de Pas­cua” y llamó a la “lib­er­tad de pen­samien­to y a la tol­er­an­cia” en su men­saje al mun­do.

Miles de per­sonas se habían con­gre­ga­do en la plaza de San Pedro para ver­lo, luego de sem­anas de incer­tidum­bre sobre su esta­do de salud. Su apari­ción gen­eró una ovación entre los asis­tentes y fue inter­pre­ta­da como un gesto de for­t­aleza espir­i­tu­al, pese a las vis­i­bles secue­las de su enfer­medad.

Jorge Bergoglio pasará a la his­to­ria como el más rel­e­vante de nue­stros com­pa­tri­o­tas en la geopolíti­ca mundi­al. Como un inge­niero espir­i­tu­al, políti­co y cul­tur­al del siglo XXI.

Tran­scur­ri­do el due­lo, los argenti­nos podremos reflex­ionar acer­ca de cómo vivi­mos los acon­tec­imien­tos de estos 12 años de un pon­tif­i­ca­do inno­vador.

Argenti­na le ha dado un Papa al mun­do. Es un acon­tec­imien­to que el devenir del tiem­po no hará más que agi­gan­tar.

La diri­gen­cia, de todo el arco políti­co y de todos los ámbitos, deberá hac­er un ejer­ci­cio de intro­spec­ción para dimen­sion­ar si hon­ró este acon­tec­imien­to que tam­bién hará entrar a la Argenti­na en la His­to­ria. Que­da su lega­do, que debería inspi­rar el sen­ti­do y la ori­entación de nues­tras acciones futuras.

EL PAPA QUE NADIE ESPERABA

Aunque esa noche del 13 de mar­zo de 2013 el mun­do asis­tió asom­bra­do al anun­cio de que el nue­vo Papa venía de los con­fines de la tier­ra, una lec­tura retroac­ti­va per­mite detec­tar algunos mojones en el camino, preparación o sig­nos pre­mon­i­to­rios de una trayec­to­ria sin igual.

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, el 17 de diciem­bre de 1936, en el seno de una famil­ia de inmi­grantes pia­mon­te­ses. May­or de cin­co her­manos, su padre era fer­roviario, su madre, ama de casa.

Rosa, la abuela del futuro Papa, fue clave en su vocación. Por eso Bergoglio siem­pre sub­rayó el rol fun­da­men­tal de los abue­los en la trans­misión de la fe.

Ingresó al sem­i­nario de la Com­pañía de Jesús a los 21 años y fue orde­na­do sac­er­dote el 13 de diciem­bre de 1969, doce años después. En junio de 1973, fue nom­bra­do provin­cial de la Com­pañía de Jesús en la Argenti­na, car­go que ejer­ció durante seis años. De 1980 a 1986, pre­sidió el Cole­gio Máx­i­mo de San Miguel, un cen­tro uni­ver­si­tario jesui­ta.Jorge Bergoglio, segundo desde laJorge Bergoglio, segun­do des­de la izquier­da en la fila de atrás, jun­to a su famil­ia. De izquier­da a derecha: Alber­to Hora­cio, Bergoglio, su her­mano Oscar Adrián y su her­mana Mar­ta Regi­na. En la fila de aba­jo des­de la izquier­da: su her­mana María Ele­na, su madre Regi­na María Sívori y su padre Mario José Bergoglio

Es inevitable que una per­son­al­i­dad excep­cional choque en un momen­to u otro de su vida con la incom­pren­sión de sus con­tem­porá­neos, y Bergoglio no fue excep­ción. En 1991 fue envi­a­do a Cór­do­ba, como con­fe­sor en la res­i­den­cia de la Com­pañía de Jesús, un car­go que no esta­ba a la altura de su tal­en­to y expe­ri­en­cia. Una “pen­i­ten­cia” quizás moti­va­da por las pujas inter­nas de su orden. Una suerte de exilio inte­ri­or.

De aque­l­la primera trav­es­ía del desier­to, lo rescató el entonces Arzo­bis­po de Buenos Aires, car­de­nal Anto­nio Quar­ra­ci­noque, cuan­do lo cono­ció, com­prendió que había detec­ta­do un tal­en­to. Austen Iver­eigh, bió­grafo de Bergoglio, con­tó que Quar­ra­ci­no pro­nun­ció entonces una frase pre­mon­i­to­ria: “La Igle­sia argenti­na espera grandes cosas del padre Bergoglio”.

Así fue como, a comien­zos de 1992, el futuro Papa sal­ió de la órbi­ta de la Com­pañía de Jesús, fue orde­na­do Obis­po por Juan Pablo II, y nom­bra­do obis­po aux­il­iar de Buenos Aires. En la prác­ti­ca, mano derecha del arzo­bis­po Quar­ra­ci­no a quien suced­ería en el car­go luego de su fal­l­ec­imien­to, el 28 de febrero de 1998.Jorge Bergoglio fue nombrado obispoJorge Bergoglio fue nom­bra­do obis­po por el papa Juan Pablo II en 1992, a instan­cias del car­de­nal Anto­nio Quar­ra­ci­no, arzo­bis­po de Buenos Aires

No sería la últi­ma vez que algún supe­ri­or, detectan­do su tal­en­to, lo pro­movía y lo colo­ca­ba en un lugar expec­tante para futur­os car­gos. La segun­da vez, lo haría el mis­mísi­mo Ratzinger, como se verá.

En el momen­to de su des­i­gnación como obis­po, Bergoglio, entonces de 55 años, era un descono­ci­do para la may­oría de los argenti­nos e inclu­so un out­sider en la insti­tu­ción. La suya no había sido la típi­ca car­rera ecle­sial.

En la arquidióce­sis de Buenos Aires, dejó su mar­ca en la orga­ni­zación de la Pas­toral Villera, en la per­ma­nente aten­ción a los más olvi­da­dos y en sus homilías, ver­daderas piezas teológ­i­cas, que ya son parte de su lega­do.Jorge Bergoglio, en los añosJorge Bergoglio, en los años en que se hacía notar por sus homilías en la cat­e­dral met­ro­pol­i­tana

Bergoglio se hizo notar por sus cole­gas del mun­do entero en dos oca­siones gra­cias a su capaci­dad de tra­ba­jo, su apti­tud para el diál­o­go, su poder de sín­te­sis, su bue­na pluma y sus ideas sobre lo que debía ser la ren­o­vación de la Igle­sia.

La primera vez fue cuan­do, unos meses después de haber sido crea­do car­de­nal por Juan Pablo II en febrero de 2001, es des­ig­na­do expos­i­tor del sín­o­do de los obis­pos, en reem­pla­zo del arzo­bis­po de Nue­va York, car­de­nal Edward Egan, cuan­do éste tuvo que regre­sar de urgen­cia a su país por los aten­ta­dos del 11/9.

La segun­da vez fue en 2007, en Apare­ci­da, Brasil, donde fue encar­ga­do de la redac­ción del doc­u­men­to final ‑lo que luego lla­maría el pro­gra­ma o manda­to de su pon­tif­i­ca­do- en la Va Con­fer­en­cia de Obis­pos Lati­noamer­i­canos, a la que asis­tió el papa Bene­dic­to XVI.

Nadie es pro­fe­ta en su tier­ra, dijo Jesús cuan­do al predicar en Nazaret le dieron la espal­da, y Jorge Bergoglio no fue la excep­ción. Recordemos la fri­al­dad ape­nas dis­im­u­la­da del primer men­saje de felic­itación de la entonces pres­i­dente Cristi­na Fer­nán­dez de Kirch­n­er que al salu­dar la elec­ción del nue­vo Papa lo llamó “latin­o­maer­i­cano” y no pudo decir “argenti­no”.

Durante la cri­sis políti­ca, social y económi­ca que sacud­ió Argenti­na en 2001, la Igle­sia Católi­ca, con Jorge Bergoglio a la cabeza, actuó como medi­ado­ra, cuan­do se creó la Mesa del Diál­o­go Argenti­no, de cuyos encuen­tros par­tic­i­paron diri­gentes políti­cos, sindi­cales, empre­sar­i­ales y de orga­ni­za­ciones de la sociedad civ­il.Jorge Bergoglio, en sus tiemposJorge Bergoglio, en sus tiem­pos de arzo­bis­po de Buenos Aires y car­de­nal pri­ma­do de la Argenti­na, durante una misa en hon­or a Juan Pablo II en la cat­e­dral met­ro­pol­i­tana en el año 2005 (NA:DAMIAN DOPACIO)

Esto no impidió que la Igle­sia en gen­er­al y Jorge Bergoglio en par­tic­u­lar se con­vir­tiesen en blan­co de la ani­mosi­dad de Nés­tor Kirch­n­er y luego de su esposa y suce­so­ra, Cristi­na Fer­nán­dez, celosos de todo poder que pudiera hac­er­les som­bra e intol­er­antes a la más mín­i­ma críti­ca, y sobre todo pro­clives a con­tentar a un pro­gre­sis­mo agnós­ti­co que pron­to se con­vir­tió en uno de sus prin­ci­pales soportes elec­torales.

El gob­ier­no se sen­tía per­ma­nen­te­mente alu­di­do por las críti­cas del Car­de­nal al “exhibi­cionis­mo y los anun­cios estri­dentes de los líderes políti­cos”, o al “escan­daloso aumen­to de la pobreza” o su “bien­aven­tu­ra­dos los que se opo­nen al odio y a la con­frontación per­ma­nente…”

Bergoglio tam­bién tenía adver­sar­ios inter­nos que, cuan­do cumplió los 75 años y pre­sen­tó su renun­cia a Bene­dic­to XVI, inten­taron que ésta le fuese acep­ta­da de inmedi­a­to. Ignor­a­ban que Ratzinger ya conocía bien al Car­de­nal pri­ma­do de la Argenti­na y lo val­ora­ba.

En 2005, cuan­do murió Juan Pablo II, los detrac­tores de Bergoglio y de la Igle­sia Católi­ca reflotaron un viejo infun­dio en su con­tra por una supues­ta com­pli­ci­dad con la dic­tadu­ra. Y en el parox­is­mo de los ataques en su con­tra, el Car­de­nal fue inda­ga­do por la jus­ti­cia ‑su inter­roga­to­rio fue con­duci­do por Luis Zamo­ra y Myr­i­am Breg­man- por la desapari­ción de dos sac­er­dotes de la Com­pañía de Jesús en mayo de 1976.Jorge Bergoglio, recién creado cardenal,Jorge Bergoglio, recién crea­do car­de­nal, posa en el Vat­i­cano (REUTERS/Paolo Coc­co)

En el col­mo del cin­is­mo, ex inte­grantes de orga­ni­za­ciones armadas, que tuvieron como políti­ca dejar a sus mil­i­tantes a la intem­perie frente al apara­to repre­si­vo, acusaron de haber­los despro­te­gi­do a quien en real­i­dad les salvó la vida.

El entonces futuro Papa no com­partía la opción por la lucha arma­da que ten­tó inclu­so a algunos sac­er­dotes en los años 60 y 70 y eso resultó imper­don­able para quienes habían opta­do por la vio­len­cia. Tam­poco adscribió a la cor­ri­ente de la Teología de la Lib­eración.

No obstante, en mar­zo de 2014, hizo una reflex­ión con cier­to tono autocríti­co: “Nosotros en Améri­ca Lati­na hemos tenido expe­ri­en­cia de un mane­jo no del todo equi­li­bra­do de la utopía, y que en algunos lugares, no en todos, en algún momen­to nos des­bor­dó, y al menos en el caso de Argenti­na, podemos decir ¡cuán­tos mucha­chos de la Acción Católi­ca, por una mala edu­cación de la utopía ter­mi­naron en la guer­ril­la de los años 70!”

Años más tarde, var­ios autores hicieron jus­ti­cia con el rol desem­peña­do por Bergoglio en esos tiem­pos y la ayu­da que brindó a muchos frente a la repre­sión ile­gal.La lista de Bergoglio, elLa lista de Bergoglio, el libro del peri­odista ital­iano Nel­lo Sca­vo, que recon­struye la actuación del papa Fran­cis­co durante los años de la dic­tadu­ra

En 2010, el gob­ier­no envió al Con­gre­so el proyec­to de legal­ización del mat­ri­mo­nio homo­sex­u­al, al que Bergoglio obvi­a­mente se opu­so.

El 12 de febrero de 2013, al día sigu­iente de cono­cerse la renun­cia de Bene­dic­to XVI, un ref­er­ente del lob­by LGBT en la Argenti­na se jac­tó de haber enter­ra­do la can­di­datu­ra de Jorge Bergoglio al papa­do el día que se casó… Es no enten­der cómo fun­ciona esa insti­tu­ción doble­mente mile­nar­ia, acos­tum­bra­da a ser víc­ti­ma de opera­ciones de despres­ti­gio y a dis­cernir la ver­dad.

Pero es cier­to que en aquel comien­zo del año 2013, nadie veía papable a Jorge Bergoglio. Él mis­mo había reser­va­do una habitación en el hog­ar de los jesuitas para su retiro. Aunque tam­bién pudo tratarse de una man­era hábil de hac­er que sus ene­mi­gos bajaran la guardia.

El 25 de Mayo de 2012, tam­poco Mauri­cio Macri, entonces jefe de Gob­ier­no de la Ciu­dad, asis­tió al que sería el últi­mo Te Deum de Bergoglio antes de su entron­ización en la San­ta Sede, sig­no del ais­lamien­to en el cual se encon­tra­ba el Car­de­nal, algo que no parecía desalen­tar­lo. En aque­l­la homilía, volvió a fusti­gar “el rel­a­tivis­mo que, con la excusa del respeto a las difer­en­cias, homo­geneiza la trans­gre­sión y la dem­a­gogia; per­mite todo con tal de no asumir las con­trariedades que trae el cora­je de sosten­er los val­ores y los prin­ci­p­ios”.

En vísperas del cón­clave, el nom­bre de Jorge Bergoglio no cir­cu­la casi en los men­tideros políti­co-reli­giosos, con la sola excep­ción del cor­re­spon­sal de la CNN, José Levy, que lo nom­bra en los instantes pre­vios al anun­cio. Un detalle pudo quizás adver­tir a los obser­vadores: la últi­ma activi­dad ofi­cial de Bene­dic­to XVI había sido recibir en audi­en­cia pri­va­da al arzo­bis­po de Buenos Aires, recién lle­ga­do al Vat­i­cano para par­tic­i­par del con­clave.

Pero puer­tas afuera, de cara al mun­do, la elec­ción de Bergoglio fue una sor­pre­sa uni­ver­sal. Para la elite argenti­na, que le había dado la espal­da. Pero tam­bién para el resto del mun­do. Por primera vez un Papa venía de las per­ife­rias. Con Juan Pablo II se había que­bra­do la nor­ma de los pon­tí­fices ital­ianos. Pero el Car­de­nal argenti­no fue el primer Papa no europeo y el primer jesui­ta.Fumata blanca en El Vaticano.Fuma­ta blan­ca en El Vat­i­cano. El mun­do aún no lo sabe, pero un argenti­no aca­ba de ser elegi­do Papa

Cristi­na Kirch­n­er ‑y casi toda la elite local- se ben­efi­ció de la indul­gen­cia de Bergoglio y fue recibi­da de inmedi­a­to por éste, que se cuidó de toda tentación revan­chista. Una lec­ción de mag­na­n­im­i­dad que los políti­cos argenti­nos se resisten a apren­der.

Como todo acon­tec­imien­to que irrumpe en el devenir humano inci­di­en­do en el cur­so de la his­to­ria, la elec­ción del argenti­no Jorge Mario Bergoglio como Papa llevó a inda­gar en su pasa­do y a bus­car los sig­nos antic­i­pa­to­rios de algo que para muchos resulta­ba inex­plic­a­ble.

La aten­ción se cen­tró en Apare­ci­da, cuyo doc­u­men­to final llev­a­ba la impronta del nue­vo pon­tí­fice, y su aspiración a una Igle­sia “en sal­i­da”, capaz de alcan­zar con su men­saje y ser­vi­cio a todas las per­ife­rias humanas, geográ­fi­cas y exis­ten­ciales. Allí se gestó el pon­tif­i­ca­do de Bergoglio ‑como posi­bil­i­dad- y su pro­gra­ma; allí anidó en la mente de muchos car­de­nales, y quizás en la del pro­pio Joseph Ratzinger, la idea de un papa lati­noamer­i­cano.

Por lo tan­to, su elec­ción prob­a­ble­mente no fue tan sor­pre­si­va en lo inter­no, en la cúpu­la de una insti­tu­ción acos­tum­bra­da a tra­ba­jar en la dis­cre­ción y a largo pla­zo, y a ren­o­varse en la con­tinuidad.

El impacto del pon­tif­i­ca­do de Bergoglio no puede medirse cabal­mente aún, porque lo que ha sem­bra­do mod­i­fi­cará el futuro. Así como su papa­do fue anhela­do por muchos y prepara­do por cier­tos acon­tec­imien­tos, así tam­bién Fran­cis­co tra­ba­jó en estos años con miras al por­venir y el resul­ta­do de sus esfuer­zos podrá empezar a ser medi­do cuan­do se conoz­ca el nom­bre del nue­vo Obis­po de Roma.Francisco, en una de susFran­cis­co, en una de sus últi­mas apari­ciones públi­cas, dirigien­do el ser­vi­cio de oración de Vísperas en la Fies­ta de la Pre­sentación del Señor en la Basíli­ca de San Pedro en el Vat­i­cano, el 1 de febrero de 2025 (REUTERS/Ciro De Luca)

El Cole­gio car­de­na­li­cio ha sido ren­o­va­do con miras a una más amplia rep­re­sentación de la igle­sia uni­ver­sal. A día de hoy, está for­ma­do por 252 car­de­nales: 138 son elec­tores (pueden votar has­ta los 80 años). Este cuer­po se ha uni­ver­sal­iza­do: hay 94 país­es rep­re­sen­ta­dos. La inmen­sa may­oría de los car­de­nales elec­tores, un 80 por cien­to, han sido nom­bra­dos por Fran­cis­co.

El con­ti­nente donde más crece el catoli­cis­mo es el Asia, donde esa religión no es may­ori­taria pero sí mucho más dinámi­ca. Todo eso estu­vo pre­sente en los planes del Papa, en los cam­bios que ha impul­sa­do y los via­jes que ha real­iza­do.

PASTOR, JEFE DE ESTADO Y LIDER MUNDIAL

Por la pecu­liar nat­u­raleza de la San­ta Sede, el Papa no es sólo cabeza de la Igle­sia Católi­ca, ref­er­ente prin­ci­pal de la religión que ha mold­ea­do la cul­tura occi­den­tal, sino tam­bién jefe de un Esta­do que ha sido un actor pro­tagóni­co en la his­to­ria y sigue desem­peñan­do un rol trascen­den­tal en la esce­na mundi­al.

Todo lo que dice y hace el Papa impacta des­de esa doble fac­eta, pas­toral y políti­ca, que con­figu­ra un lid­er­az­go recono­ci­do más allá de los límites de su feli­gresía.

Cada Papa encar­na la aspiración de la Igle­sia en una eta­pa dada y a la vez deja su impronta per­son­al en el gob­ier­no de la San­ta Sede y en la esce­na inter­na­cional.El papa Francisco saluda aEl papa Fran­cis­co salu­da a la mul­ti­tud reuni­da en la plaza de San Pedro el día de la misa de inau­gu­ración de su pon­tif­i­ca­do, el 19 de mar­zo de 2013 (AFP PHOTO / VINCENZO PINTO)

Jorge Bergoglio, el pon­tí­fice que nadie esper­a­ba, cau­tivó ráp­i­da­mente a un mun­do que has­ta entonces ignor­a­ba todo sobre él. Lo hizo con una suce­sión de gestos impac­tantes y con un esti­lo de comu­ni­cación nue­vo: un men­saje pro­fun­do expre­sa­do en lengua­je sen­cil­lo y direc­to. Sus homilías diarias, las audi­en­cias gen­erales de los miér­coles en una plaza de San Pedro col­ma­da, una litur­gia despo­ja­da y un pas­tor que se deja­ba abor­dar por la gente gener­aron una sen­sación de con­stante cer­canía. La dis­tan­cia de cualquier pun­to del mun­do a Roma quedó sal­va­da por una comu­ni­cación diaria en un lengua­je famil­iar que cre­a­ba intim­i­dad y con­vertía al Vat­i­cano en una capil­la uni­ver­sal.

El mun­do entero asistía a la lle­ga­da de un Papa que venía a ren­o­var la Igle­sia y a devolver­le pro­tag­o­nis­mo en la esce­na inter­na­cional.

Cada gesto con­tenía un men­saje políti­co. La humil­dad con la cual se pre­sen­tó al mun­do, como obis­po de Roma, era un con­se­jo que más de un políti­co haría bien en escuchar: “No hay que creérsela”. Somos todos instru­men­tos de algo supe­ri­or, que nos excede, y cuyos designios no siem­pre podemos com­pren­der cabal­mente, parecía decir.

La aus­teri­dad fue un pro­gra­ma. Eligió vivir “nor­mal­mente”, en una res­i­den­cia donde alternó con obis­pos, per­son­al vat­i­cano y vis­i­tantes en trán­si­to. Aunque no lo explic­i­tara, ese fue tam­bién el mejor mecan­is­mo para eludir un even­tu­al cer­co del apara­to de la Curia vat­i­cana.

De Lampe­dusa en 2013 al corazón del África en uno de sus últi­mos via­jes pas­torales en enero de 2023, el mun­do pudo ver a Fran­cis­co hablar en nom­bre de los refu­gia­dos, de los expul­sa­dos de sus país­es por cri­sis y guer­ras orig­i­nadas en deci­siones tomadas en las mesas chi­cas del poder mundi­al, de los des­ocu­pa­dos despo­ja­dos de la dig­nidad que da el tra­ba­jo, en vig­ilias de paz, fun­di­do en abra­zos inter­re­li­giosos, inter­pelando al G20, al Par­la­men­to europeo o a la ONU, ofi­cian­do la misa más mul­ti­tu­di­nar­ia de la his­to­ria ‑en Fil­ip­inas ante mil­lones de fieles- o ten­di­en­do puentes, como entre Cuba y los Esta­dos Unidos, o a través del men­saje a Chi­na, en bus­ca de un acer­camien­to espir­i­tu­al y cul­tur­al.Vigilia por la paz enVig­ilia por la paz en Siria

Yen­do hacia las per­ife­rias, en el dis­cur­so y en la acción, en sus primeros años de pon­tif­i­ca­do, Bergoglio ocupó el cen­tro geopolíti­co. A pocos meses de ini­ci­a­do su papa­do, el diario Le Monde lo describía como un “ver­dadero ani­mal políti­co” que se está “imponien­do en la esce­na mediáti­ca mundi­al”.

Para el filó­so­fo francés Edgar Morin, el papa llam­a­ba a un cam­bio civ­i­liza­to­rio, a mod­i­ficar todo aque­l­lo que lle­va a la exclusión y al “descarte” de per­sonas. Fran­cis­co, dijo, rep­re­sen­ta lo más ele­va­do como con­cien­cia de nue­stro común des­ti­no humano.

El esti­lo cáli­do y sen­cil­lo esta­ba al ser­vi­cio de la trans­misión de ver­dades sól­i­das y de la reafir­ma­ción de nociones que muchos desearían ver rel­a­tivizadas.

La inten­sa activi­dad desple­ga­da en tan­tas direc­ciones a la que se con­sagró des­de el primer día des­cans­a­ba sobre su con­vic­ción de que “la Igle­sia no crece por pros­elit­ismo, sino por atrac­ción”.

EL MENSAJE PASTORAL

Cier­tos gestos ini­ciales del Papa, de aper­tu­ra, lle­varon a algunos a esper­ar, como ironizó Luke Cop­pen, edi­tor del sem­a­nario británi­co Catholic Her­ald, “que el Papa dejase de ser católi­co”.

Lo que Fran­cis­co crit­icó fue a “una Igle­sia obse­sion­a­da sólo con el abor­to y el mat­ri­mo­nio gay”. Apun­tó con­tra la reduc­ción del men­saje a cier­tos aspec­tos de la moral: “No se le pres­ta aten­ción al anun­cio del Evan­ge­lio y se pasa a la cate­que­sis, pref­er­ente­mente al área moral ‑dijo-. Y den­tro de la moral se pre­fiere hablar de la moral sex­u­al. Que si esto se puede, que si aque­l­lo no se puede, que si se es cul­pa­ble”.Reacciones del publico al anunciaReac­ciones del pub­li­co al anun­cia del nue­vo Papa y su apari­ción en el bal­cón. Vat­i­cano, 13 de mar­zo de 2013 (Pho­to by Dan Kitwood/Getty Images)

El Papa quiso dar vuelta esa lóg­i­ca para pon­er en primer plano los peca­dos del espíritu: el egoís­mo, la cod­i­cia, la indifer­en­cia ante el dolor ajeno; señalar a “los mer­caderes del tem­p­lo”, los que no entien­den que la riqueza “es un bien sólo si ayu­da a otros”. “Dios no se cansa de per­donar”, repetía, pero tam­bién aclara­ba: “ojo, que Pedro era pecador, no cor­rup­to: ¡pecadores sí, cor­rup­tos no!

En 2010, el todavía car­de­nal Bergoglio decía: “La opción bási­ca de la igle­sia en la actu­al­i­dad no es dis­minuir o quitar pre­scrip­ciones o hac­er más fácil esto o lo otro, sino salir a la calle a bus­car a la gente, cono­cer a las per­sonas por su nom­bre. Salir a anun­ciar el Evan­ge­lio”.

Algunos con­fundieron esta acti­tud con una suerte de sec­u­lar­ización, pero el Papa, a dos meses de haber asum­i­do, pidió a los cris­tianos no ten­er vergüen­za de vivir con “el escán­da­lo de la Cruz”. Jesús no escan­dal­izó por sus obras, sus pal­abras o sus mila­gros, sino porque afir­mó ser Hijo de Dios. “Esto es lo que no se tol­era, el demo­nio no lo tol­era”, agregó. “Cuán­tas veces escuchamos: ‘Sean un poco más nor­males, no sean tan rígi­dos, sean razon­ables’. ‘¡No nos ven­gan con que Dios se hizo hom­bre!’ Podemos hac­er todas las obras sociales que quer­amos, y dirán: ‘¡Qué bien la Igle­sia, qué bue­na tarea social hace!’ Pero si dec­i­mos que hace­mos esto porque estas per­sonas son la carne de Dios, viene el escán­da­lo”.

La Igle­sia no es una ONG, sostenía, desar­man­do los inten­tos de asim­i­lar su men­saje a posi­ciones laicas, despo­ján­do­lo de la rad­i­cal­i­dad del men­saje evangéli­co. “Cada vez que Fran­cis­co mues­tra su leal­tad a la enseñan­za católi­ca, denun­cian­do el abor­to, por ejem­p­lo, hacen oídos sor­dos”, se que­ja­ba Cop­pen. Y pronos­ti­ca­ba que “en algún momen­to los fans del nue­vo papa” se iban a dar cuen­ta de que él no ben­de­ciría la orde­nación de mujeres o el casamien­to gay, “y entonces se pon­drán en su con­tra”.Francisco: "La Iglesia no esFran­cis­co: “La Igle­sia no es una ONG” (Ima­gen de archi­vo de su via­je a Panamá — AFP)

De hecho, a lo largo de estos años, hubo selec­tivi­dad en la ampli­fi­cación que se daba a sus declara­ciones. Si el Papa decía que abor­tar es como con­tratar un sicario para matar, oídos sor­dos. Lo mis­mo pasó con sus con­de­nas a la ide­ología de género: “Es de las col­o­niza­ciones ide­ológ­i­cas más peli­grosas, porque anu­la las difer­en­cias”, dijo el 10 de mar­zo de 2023 a La Nación. En la mis­ma entre­vista se explayó: “Hay gente un poco ingen­ua que cree que es el camino del pro­gre­so y no dis­tingue lo que es respeto a la diver­si­dad sex­u­al o a diver­sas opciones sex­u­ales de lo que es ya una antropología del género, que es peli­grosísi­ma porque anu­la las difer­en­cias, y eso anu­la la humanidad, lo rico de la humanidad, tan­to de tipo per­son­al, como cul­tur­al y social, las difer­en­cias y las ten­siones entre las difer­en­cias”.

Muchos fin­gen no escuchar esto. En cier­tos casos, las propias autori­dades ecle­siás­ti­cas de los país­es no se hacen eco del men­saje para ampli­fi­car­lo y, sobre todo, para apli­car­lo a su mis­ión.

Pero tam­bién abun­daron los diri­gentes argenti­nos que no dudaron en robar­le tiem­po para una audi­en­cia y una foto, sin hac­er luego de la defen­sa de la vida su prin­ci­pal ban­dera. “Soy católi­co, pero…”, fue la patéti­ca excusa más escucha­da, en boca de los mis­mos que luego le pedían que viniera al país.

REFORMAS

Con el peso de las críti­cas a la insti­tu­ción cayen­do sobre las espal­das de su ante­cesor ‑lo que engrandece el gesto casi sac­ri­fi­cial de Joseph Ratzinger, que con su renun­cia se llevó esa cruz al hom­bro- y uti­lizan­do el explo­si­vo pres­ti­gio que ganó ráp­i­da­mente en los primeros meses de su papa­do, Bergoglio avanzó en el reor­de­namien­to inter­no de la curia, la trans­paren­cia admin­is­tra­ti­va y la aper­tu­ra de las estruc­turas vat­i­canas para una mejor rep­re­sentación de la igle­sia uni­ver­sal.El papa Francisco saluda aEl papa Fran­cis­co salu­da a los car­de­nales durante la San­ta Misa del Domin­go de Ramos en la Plaza de San Pedro, Ciu­dad del Vat­i­cano, el 24 de mar­zo de 2024. EFE/EPA/RICCARDO ANTIMIANI

Lo primero fue la creación de un Con­se­jo de Car­de­nales que lo aseso­raría en el gob­ier­no de la Igle­sia, con el obje­to de que “los epis­co­pa­dos del mun­do se vayan expre­san­do en el mis­mo gob­ier­no de la igle­sia”, como explicó. Un obje­ti­vo cen­tral fue el saneamien­to de las finan­zas vat­i­canas ‑moti­vo de una larga suce­sión de escán­da­los-; decisión que no tardó en acti­var los lob­bies a los que se había referi­do en la primera con­fer­en­cia de pren­sa en el vue­lo de regre­so de Río de Janeiro (sep­tiem­bre de 2013), cuan­do ante la pre­gun­ta por la exis­ten­cia de un lob­by gay, respondió que todos los lob­bies eran “un prob­le­ma”, como “el lob­by de los avaros, de los políti­cos o de los masones”.

En torno a la refor­ma económi­ca estos gru­pos se acti­varon de inmedi­a­to. George Pell, el car­de­nal aus­traliano al que Bergoglio ungió como una suerte de min­istro de economía y que con­trató una audi­toría exter­na para las finan­zas vat­i­canas a fin de garan­ti­zar una total trans­paren­cia, fue víc­ti­ma de una fal­sa denun­cia por abu­so ‑que le llevó tres años (uno en prisión) desmon­tar-.

Esta tarea de refor­ma sigu­ió de un modo más dis­cre­to o más ale­ja­do de la aten­ción mediáti­ca, pero no menos dis­rup­ti­vo: lo prue­ban pre­cisa­mente las opera­ciones que cada tan­to tra­scien­den. Una de las últi­mas fue el inten­to de atribuir críti­cas pós­tu­mas a Fran­cis­co por parte del papa eméri­to Bene­dic­to XVI, fal­l­e­ci­do el 31 de diciem­bre de 2022, y con quien Bergoglio, con­tra todo pronós­ti­co mal­in­ten­ciona­do, con­vivió de modo armóni­co durante casi todo su papa­do.El papa Francisco, a laEl papa Fran­cis­co, a la derecha, abraza al papa eméri­to Bene­dic­to XVI antes del ini­cio de una reunión con fieles en la Plaza de San Pedro, en el Vat­i­cano, el domin­go 28 de sep­tiem­bre de 2014. (Foto AP/Gregorio Bor­gia, Archi­vo)

Tran­scur­ri­da cier­ta pri­mav­era “fran­cis­cana”, volvió al rue­do el doloroso tema de los abu­sos, con inves­ti­ga­ciones todavía en cur­so, y heri­das sin cer­rar. Aunque ha sido poco recono­ci­do, fue Bene­dic­to XVI quien refor­mó el dere­cho canóni­co para facil­i­tar la expul­sión de sac­er­dotes cul­pa­bles de estos crímenes.

Esta línea fue segui­da por Bergoglio, que aprobó pro­to­co­los aún más estric­tos en el enfoque de estos casos. “La Igle­sia ‑dijo- no puede tratar de escon­der la trage­dia de los abu­sos, sean del tipo que sean. Tam­poco cuan­do los abu­sos se dan en las famil­ias, en los clubs, en otro tipo de insti­tu­ciones. La Igle­sia tiene que ser un ejem­p­lo para ayu­dar a resolver­los, sacar­los a la luz en la sociedad y en las famil­ias”.

MENSAJE AL MUNDO

Tam­bién en el plano políti­co la poten­cia del men­saje papal, a la vez que gen­eró entu­si­as­mo y esper­an­za en miles de fieles e inclu­so de no creyentes, empezó a sus­ci­tar resisten­cias.

Bergoglio es el primer papa en lla­marse Fran­cis­co ‑inspi­ra­do por la frase “No te olvides de los pobres”, que le dijo al oído su ami­go el car­de­nal brasileño Clau­dio Hummes, aquel 13 de mar­zo de 2013-; un nom­bre que es en sí mis­mo un pro­gra­ma: la denun­cia de la “idol­a­tría del dinero” y de la “glob­al­ización de la indifer­en­cia” que car­ac­ter­i­zan a una “cul­tura del descarte” que desecha a los más débiles de la sociedad. A las “víc­ti­mas del sis­tema socioe­conómi­co mundi­al”, como dijo en su via­je tem­pra­no a Lampe­dusa, en el primer año de su pon­tif­i­ca­do.

Este men­saje no fue acep­ta­do sin ret­i­cen­cias ni encon­tró siem­pre escucha y repeti­dores en un mun­do en el que tan­tos sec­tores de interés se nutren del con­flic­to.El Papa habla a losEl Papa habla a los diplomáti­cos acred­i­ta­dos ante El Vat­i­cano, una tradi­ción que se cumple a comien­zos de cada año (Reuters)

La pos­guer­ra fría defraudó las esper­an­zas de un mun­do más plur­al, de una may­or democ­ra­ti­zación de la toma de deci­siones a niv­el mundi­al, y derivó en cam­bio en una inten­si­fi­cación de las ten­siones. La com­pe­ten­cia entre las prin­ci­pales poten­cias derivó en lo que el Papa lla­ma la “ter­cera guer­ra mundi­al a peda­zos”, la que se libran los poderes mundi­ales en ter­ceros esce­nar­ios ante la indifer­en­cia de muchos.

En enero de 2022, en el habit­u­al dis­cur­so de prin­ci­p­ios de año a los emba­jadores ante la San­ta Sede, Fran­cis­co señal­a­ba la “cri­sis de con­fi­an­za” que atraviesa “la diplo­ma­cia mul­ti­lat­er­al”. “A menudo se toman impor­tantes res­olu­ciones, declara­ciones y deci­siones sin una ver­dadera nego­ciación en la que todos los país­es ten­gan voz y voto”, explicó. De ese dese­qui­lib­rio, deri­va “una fal­ta de apre­cio hacia los organ­is­mos inter­na­cionales por parte de muchos Esta­dos”, lo cual “debili­ta el sis­tema mul­ti­lat­er­al” y reduce “cada vez más su capaci­dad para afrontar los desafíos glob­ales”.

En su encícli­ca Fratel­li Tut­ti, señaló la necesi­dad de ges­tar “orga­ni­za­ciones mundi­ales más efi­caces, dotadas de autori­dad para ase­gu­rar el bien común mundi­al, la errad­i­cación del ham­bre y la mis­e­ria, y la defen­sa cier­ta de los dere­chos humanos”. Pidió “una refor­ma, tan­to de la ONU como de la arqui­tec­tura económi­ca y financiera mundi­al”, porque “una comu­nidad inter­na­cional debe basarse en la sober­anía de todos y no en vín­cu­los de sub­or­di­nación”.

El Papa, que ha susti­tu­i­do a los políti­cos en el dis­cur­so, no puede susti­tuir­los en la acción. Cuan­do Juan Pablo II hizo su lla­ma­do a los pueb­los someti­dos al sis­tema comu­nista a no ten­er miedo, hubo líderes que reco­gieron ese desafío. Años más tarde, el papa pola­co no pudo fre­nar la segun­da guer­ra de Irak, pese a sus den­oda­dos esfuer­zos en ese sen­ti­do, pre­cisa­mente por la deser­ción de otros lid­er­az­gos.El Papa Francisco, a laEl Papa Fran­cis­co, a la izquier­da, pro­nun­cia su dis­cur­so jun­to al pres­i­dente indone­sio, Joko Wido­do, durante su visi­ta apos­tóli­ca a Asia. Pala­cio Pres­i­den­cial de Yakar­ta, 4 de sep­tiem­bre de 2024 (Willy Kurniawan/Pool Foto via AP)

En los primeros tiem­pos de su pon­tif­i­ca­do, Bergoglio pare­ció tam­bién encon­trar un eco des­de el mun­do de la políti­ca: la vig­ilia por la paz en Siria, la oración de palesti­nos y judíos en el Vat­i­cano, los puentes entre Esta­dos Unidos y Cuba…

Ese impul­so se vio fre­na­do en años pos­te­ri­ores, al menos respec­to de los grandes con­flic­tos mundi­ales, y el men­saje de Fran­cis­co enfren­tó muchas veces la indifer­en­cia, cuan­do no direc­ta­mente el sab­o­ta­je.

Algunos pre­tenden inclu­so impon­er­le una agen­da, los temas sobre los que debe inter­venir y aque­l­los en los que debe absten­erse. Se lo crit­i­ca por hac­er poco. No sin hipocre­sía los indifer­entes ante la “Ter­cera Guer­ra Mundi­al a peda­zos” que el Papa denun­ciale exi­gen defini­ciones sobre los con­flic­tos en los que están en juego sus pro­pios y fre­cuente­mente espu­rios intere­ses.

Muchos agnós­ti­cos de izquier­da y derecha, respon­s­ables por acción u omisión, por inca­paci­dad, por agre­sión direc­ta o por un crescen­do de provo­ca­ciones, de desa­tar estos con­flic­tos, increpan al Papa por su supues­ta inac­ción.

Recla­man sólo respec­to de las situa­ciones que tienen aten­ción mediáti­ca o de las que creen poder sacar algún prove­cho; pero el Papa ha inter­venido e inter­viene en muchos otros con­flic­tos y cri­sis que gen­er­an vio­len­cia con­tra la población civ­il, repre­sión san­gri­en­ta, desplaza­mien­to de per­sonas, refu­gia­dos, etc; dra­mas de los que muchos críti­cos de Fran­cis­co no se noti­f­i­can. A comien­zos de 2023, su via­je al corazón sufri­do del África, a regiones del Con­go y de Sudán car­co­mi­das por con­flic­tos civiles san­gri­en­tos fogonea­d­os por ter­ceros país­es, se desar­rol­ló en la más com­ple­ta indifer­en­cia.Francisco saluda a los fielesFran­cis­co salu­da a los fieles en Kin­shasa, durante su via­je apos­tóli­co a la Repúbli­ca Democráti­ca del Con­go en febrero de 2023 (REUTERS/Yara Nar­di)

Sus últi­mos via­jes, man­tu­vieron esta ten­den­cia a ir a los sitios más olvi­da­dos. Inclu­so den­tro de Europa, eligió ir a la Fran­cia per­iféri­ca: Marsel­la, en el extremo sur, y luego Córce­ga, vis­i­ta­da por un Papa por primera vez, la isla mediter­ránea es un reser­vo­rio de catoli­cis­mo en un con­ti­nente descreí­do, y el gesto pon­tif­i­cio se pro­du­jo al tiem­po que la elite se daba cita en Notre Dame. Fran­cis­co ofi­ció una misa en Ajac­cio con el mon­u­men­to a Napoleón de fon­do. Un men­saje sub­lim­i­nal del que la clase políti­ca argenti­na no se noti­ficó…

Antes, en abril de 2023, había vis­i­ta­do Hun­gría, la ove­ja negra de la Unión Euro­pea, país que no se plie­ga al pro­gre­sis­mo ambi­ente. En sep­tiem­bre del 24, hizo una gira por Indone­sia, Papúa Nue­va Guinea, Tim­or Ori­en­tal y Sin­ga­pur, y un año antes había sido el turno de Mon­go­lia.

NI LIBERALISMO NI POPULISMO

En el mis­mo dis­cur­so a los diplomáti­cos de enero de 2022, el Papa señaló otra causa de la irrel­e­van­cia de los organ­is­mos inter­na­cionales: “Con fre­cuen­cia, el cen­tro de interés se ha traslada­do a temáti­cas que por su nat­u­raleza provo­can divi­siones y no están estrechamente rela­cionadas con el fin de la orga­ni­zación, dan­do como resul­ta­do agen­das cada vez más dic­tadas por un pen­samien­to que ren­ie­ga los fun­da­men­tos nat­u­rales de la humanidad y las raíces cul­tur­ales que con­sti­tuyen la iden­ti­dad de muchos pueb­los”. Se tra­ta de “una for­ma de col­o­nización ide­ológ­i­ca, que no deja espa­cio a la lib­er­tad de expre­sión y que hoy asume cada vez más la for­ma de esa cul­tura de la can­celación, que invade muchos ámbitos e insti­tu­ciones públi­cas”.

He aquí al Papa de nue­vo ponien­do el foco en un tema sobre el cual pocos lid­eres del mun­do se han pro­nun­ci­a­do, por opor­tunis­mo o seguidis­mo demagógi­co frente a la moda iden­ti­taria.Discurso del papa Francisco anteDis­cur­so del papa Fran­cis­co ante la Asam­blea Gen­er­al de la ONU, en sep­tiem­bre de 2015, en Nue­va York (AFP PHOTO / VINCENZO PINTO)

En sep­tiem­bre de 2015, cuan­do se pre­senta­ban los obje­tivos de la Agen­da 2030, Fran­cis­co habló ante la Asam­blea de las Naciones Unidas en Nue­va York y pidió evi­tar “toda tentación de caer en un nom­i­nal­is­mo declara­cionista con efec­to tran­quil­izador en las con­cien­cias”. A buen entende­dor pocas pal­abras.

El Papa jue­ga al juego. La diplo­ma­cia vat­i­cana fun­ciona de ese modo. Cor­re­sponde a los líderes locales, amparán­dose en esas declara­ciones de Fran­cis­co, la for­mu­lación de políti­cas.

Sin embar­go, con fre­cuen­cia sus men­sajes fueron fil­tra­dos por cat­e­gorías de un orden difer­ente a aquel en el cual actúa Bergoglio. En Fratel­li tut­ti, Fran­cis­co lam­en­ta­ba que ya no fuese posi­ble opinar “sobre cualquier tema sin que inten­ten clasi­fi­car­lo en uno de esos dos polos (pop­ulis­mo o lib­er­al­is­mo)”.

Lo cier­to es quesus críti­cas al pop­ulis­mo (en Fratel­li Tut­ti) fueron más lap­i­darias y cert­eras que las que pueden hac­er los políti­cos. Fran­cis­co toma­ba dis­tan­cia de ambos extremos, seña­lan­do que “el des­pre­cio de los débiles puede escon­der­se en for­mas pop­ulis­tas, que los uti­lizan demagógi­ca­mente para sus fines, o en for­mas lib­erales al ser­vi­cio de los intere­ses económi­cos de los poderosos”.

Y difer­en­cian­do el pop­ulis­mo de la bue­na políti­ca, señal­a­ba: “Hay líderes pop­u­lares capaces de inter­pre­tar el sen­tir de un pueblo, su dinámi­ca cul­tur­al y las grandes ten­den­cias de una sociedad”, como “base para un proyec­to duradero de trans­for­ma­ción y crec­imien­to”. “Pero ‑advertía- deri­va en insano pop­ulis­mo cuan­do se con­vierte en la habil­i­dad de alguien para cau­ti­var en orden a instru­men­talizar políti­ca­mente la cul­tura del pueblo, con cualquier sig­no ide­ológi­co, al ser­vi­cio de su proyec­to per­son­al y de su per­pet­uación en el poder”. Y ello “se agra­va cuan­do se con­vierte (…) en un avasal­lamien­to de las insti­tu­ciones y de la legal­i­dad”.

Para super­ar la inequidad, es nece­sario el desar­rol­lo económi­co, decía; “los planes asis­ten­ciales” sólo “deberían pen­sarse como respues­tas pasajeras”, porque “el gran tema es el tra­ba­jo”.La portada del Osservatore RomanoLa por­ta­da del Osser­va­tore Romano anun­cian­do la sal­i­da de la Encícli­ca “Fratel­li Tut­ti”, el 4 de octubre de 2020 (REUTERS/Remo Casil­li)

Tam­bién fusti­ga­ba “la espec­u­lación financiera con la ganan­cia fácil como fin fun­da­men­tal”, que causa estra­gos. Evo­ca­ba otra defec­ción de la políti­ca, al lamen­tar que la cri­sis financiera de 2007–2008 no hubiese sido la ocasión “para el desar­rol­lo de una nue­va economía más aten­ta a los prin­ci­p­ios éti­cos y para una nue­va reg­u­lación de la activi­dad financiera espec­u­la­ti­va y de la riqueza fic­ti­cia”.

El poder al ser­vi­cio del bien. Es algo ele­men­tal pero que la políti­ca olvi­da con demasi­a­da fre­cuen­cia. Vemos a diario, aquí y en todo el mun­do, a diri­gentes inca­paces de armo­nizar sus aspira­ciones per­son­ales con los intere­ses colec­tivos. Por fal­ta de amor al próji­mo, indi­vid­u­al­is­mo o como­di­dad.

El men­saje papal moles­ta. La reac­ción ‑canallesca- de algunos fue cul­par al Papa por la pobreza… Es decir, por lo que ellos no hacen, por su inca­paci­dad y fal­ta de vocación de ser­vi­cio.

Fran­cis­co deja una Igle­sia reafir­ma­da en la esen­cia del men­saje evangéli­co, mejor rep­re­sen­ta­da en su cúpu­la, con un reequi­lib­rio que refle­ja de modo más fiel la real­i­dad del catoli­cis­mo en el mun­do. No sabe­mos si el próx­i­mo Papa ven­drá, como él, de la per­ife­ria, pero sí que el deseo del actu­al pon­tí­fice es que la per­ife­ria esté en el cen­tro de la mis­ión.

En todos los temas, para todas las real­i­dades y situa­ciones, ha deja­do un men­saje, porque a la Igle­sia “nada de lo humano le es ajeno”. A lo largo de su pon­tif­i­ca­do ha pub­li­ca­do 3 encícli­cas: Lumen fidei (29 junio 2013), Lauda­to si’ (24/5/ 2015) y Fratel­li tut­ti (3/10/20); cin­co exhorta­ciones apos­tóli­cas: Evan­gelii gaudi­um (24/11/2013), Amor­is laeti­tia (19/3/2016), Gaudete et exul­tate (19/3/2018), Chris­tus viv­it (25 de mar­zo de 2019) y Queri­da Ama­zo­nia (2 de febrero de 2020).

Y, a comien­zos de este año, su libro “Esper­an­za”, que con­sti­tuye una suerte de auto­bi­ografía o memo­rias, resul­ta­do de seis años de con­ver­sa­ciones con el peri­odista ital­iano Car­lo Mus­so.El papa Francisco, Jorge MarioEl papa Fran­cis­co, Jorge Mario Bergoglio, en una fotografía (col­ore­a­da) toma­da cer­ca de 1959, inclu­i­da en su auto­bi­ografía, “Esper­an­za” (Plaza & Janés), fru­to de con­ver­sa­ciones a lo largo de más de 6 años con el peri­odista ital­iano Car­lo Mus­so (EFE/Mondadori Portfolio/Archivio GBB)

Sería esper­an­zador que los diri­gentes políti­cos reco­gier­an el desafío y emprendier­an, en el plano sec­u­lar, los caminos que traza el papa des­de lo espir­i­tu­al. Se tra­ta de com­bat­ir la economía de la exclusión, la idol­a­tría del dinero, pon­er a la per­sona humana en el cen­tro de todo proyec­to, cuidar “la vida como viene”…

Un pro­gra­ma que es uni­ver­sal, pero que debería inter­pelar a los argenti­nos de modo muy espe­cial.

Los últi­mos con­se­jos dados por el Papa acer­ca de cómo debatir en una sociedad polar­iza­da tienen espe­cial res­o­nan­cia en nues­tra real­i­dad: no dis­cu­tir con el que bus­ca polarizar, no dejarse con­fundir por fal­sas con­tradic­ciones y decir sí a la mis­eri­cor­dia como par­a­dig­ma últi­mo, pero decir­lo más con obras que con pal­abras.

Nos deja tam­bién a su hijo dilec­to, el padre José María Di Pao­la, a quien ha ded­i­ca­do muchos men­sajes, como cuan­do al cumplirse 8 años de su papa­do, el cura villero con­vocó a enviar­le men­sajes y le lle­garon más de cien mil: “Es un sac­er­dote capaz de mov­i­lizar gente, capaz de mover cora­zones sim­ple­mente porque es autén­ti­co, lo lla­man ‘el Padre Pepe’, todos lo cono­cen”, dijo Fran­cis­co.

Nos que­da la pena de no haber podi­do recibir­lo en la Patria. De haber venido en los primeros tiem­pos de su pon­tif­i­ca­do, hubiera sido apoteósi­co. Aven­turo que se privó delib­er­ada­mente de ese abra­zo admi­ra­do y de las muchas flo­res que entonces lo hubier­an cubier­to: no quiso creérsela, como decía en ese hablar porteño que jamás lo aban­donó. En su aus­teri­dad y humil­dad prover­biales quizás lo sin­tió como un gesto de vanidad.

En los años sigu­ientes, no pudo evi­tar la manip­u­lación de su figu­ra y de cada uno de sus gestos, las inter­preta­ciones cap­ciosas, los acer­camien­tos intere­sa­dos, y pre­fir­ió man­ten­er dis­tan­cia geográ­fi­ca.

Que­da a los argenti­nos la mis­ión de “traer” espir­i­tual­mente al Papa a la Argenti­na, hon­ran­do su lega­do.

El papa Francisco, Jorge Mario

Fuente: Infoabe

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