El video del brutal ataque se hizo viral. La mujer, con fracturas múltiples en el rostro, deberá ser operada y el exdeportista está bajo la Ley de Femicidio. El ataque ocurrió el último sábado en un condominio de Natal, Rio Grande do Norte. La agresión se produjo tras una discusión motivada por celos.
El exjugador de básquet Igor Eduardo Cabral enfrenta cargos tras golpear 61 veces a su pareja, Juliana García, dentro de un ascensor.
Cámaras de seguridad captaron el brutal ataque, que las autoridades califican como intento de asesinato.
Juliana García, de 35 años, sufrió múltiples fracturas en el rostro, incluyendo la nariz, mandíbula, globo ocular, pómulo y maxilar superior. La mujer se someterá a una cirugía de reconstrucción facial y su recuperación será prolongada.

El caso se enmarca en la reciente Ley de Femicidio (14.994/2024) de Brasil, sancionada en octubre de 2024, que elevó las penas de prisión de 20 a 40 años para este tipo de delitos.
El ataque ocurrió el último sábado en un condominio de Natal, Rio Grande do Norte. La agresión se produjo tras una discusión motivada por celos.
Cabral acusó a García de infidelidad y arrojó su teléfono al agua después de ver un mensaje de texto. La propia Juliana relató a los medios brasileños la escalofriante advertencia antes de la golpiza: “Dijo que me iba a morir y empezó a golpearme. No perdí el conocimiento, pero tampoco estaba lo suficientemente consciente como para recordar lo que dijo en ese momento”.
En las imágenes de la cámara de seguridad se puede ver cómo el exdeportista la dejó con el rostro desfigurado y cubierto de sangre.
Cabe destacar que la intervención de los vecinos resultó decisiva. El portero del condominio alertó a la Policía Militar tras observar las imágenes. Cuando el ascensor llegó a la planta baja, varios residentes retuvieron a Cabral hasta la llegada de los agentes, quienes lo detuvieron de inmediato.
Tras el ataque, Juliana García fue trasladada de urgencia al Hospital Monsenhor Walfredo Gurgel.
Las consecuencias físicas para la víctima son severas. Un amigo de Juliana, a cargo de una recaudación de fondos en línea para costear el tratamiento, explicó que la mujer aún presenta un considerable edema facial, lo cual impidió la realización inmediata de la cirugía reconstructiva. El procedimiento está programado para el fin de semana, una vez que la inflamación disminuya.
Juliana García confesó que la violencia no era un hecho aislado en la relación. Explicó que Cabral ejercía también violencia psicológica y que los episodios de agresión física eran recurrentes.
“Ya me había empujado antes, era muy constante. Incluso, en redes sociales me expuso y dijo exactamente lo contrario. Me culpó por lo que hizo y me trató con mucha rudeza delante de todos. Nunca fue un secreto. Pero no pensé que esto pudiera pasar, que atentara contra mi vida. Fue una gran decepción”, declaró.
La tía de la víctima, Jaqueline, quien la acompaña en su recuperación, expresó su indignación en la television brasileña: “Ni siquiera puedo llamar a este hombre por su nombre. Para mí es un monstruo. Siempre pensamos que estas cosas están lejos de nosotros, pero no es así. Espero que se haga justicia en este caso”, afirmó.
La familia de Igor Cabral emitió un comunicado deslindándose de los hechos. “Recalcamos que los familiares no son responsables de los hechos. Son ciudadanos comunes, trabajadores, que se vieron igualmente sorprendidos por los hechos”, señalaron.
La defensa de Cabral, por su parte, alegó que él sufrió un episodio de claustrofobia durante el ataque y atribuyó la violencia a un desacuerdo con García.
El caso de Juliana García generó una fuerte reacción en la sociedad brasileña y en los medios. Tras la primera audiencia, la jueza del caso, impactada por la crudeza del video, mantuvo al acusado bajo custodia, lo que implica prisión preventiva mientras el proceso judicial avanza. Igor Cabral, quien integró la selección de baloncesto 3×3 en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2014, desactivó sus redes sociales.
Cabral jugó en clubes de Río de Janeiro y Rio Grande do Norte, aunque nunca fue convocado por la selección brasileña principal en competición oficial. Actualmente, cursaba la carrera de contabilidad.
La familia de la víctima y sus allegados reclaman justicia y piden que el caso sirva para visibilizar la problemática de la violencia contra las mujeres en Brasil. La campaña de recaudación de fondos para el tratamiento de García recibió el apoyo de numerosos ciudadanos, y las autoridades reforzaron las medidas de protección para la víctima mientras la investigación sigue su curso.