Dieron el último adiós a Claudia Batista y su familia exige justicia por el femicidio

Famil­iares, ami­gos y veci­nos des­pi­dieron a Clau­dia Batista en Lean­dro N. Alem. Su expare­ja sigue detenido como prin­ci­pal sospe­choso. La mujer de 28 años fue asesina­da con extrema vio­len­cia, dejan­do cin­co hijos. La famil­ia exige jus­ti­cia y que el crimen no quede impune.

Este martes por la tarde, Lean­dro N. Alem des­pidió con pro­fun­do dolor a Clau­dia Soledad Batista, la joven asesina­da el domin­go en San José en un bru­tal hecho inves­ti­ga­do como femi­cidio. Su cuer­po, luego de ser someti­do a autop­sia en Posadas, fue entre­ga­do a sus famil­iares, que deci­dieron velar­la y sepul­tar­la en su ciu­dad natal. Dece­nas de per­sonas acom­pañaron el corte­jo fúne­bre has­ta el cemente­rio local, en una mues­tra de respeto y apoyo a sus cin­co hijos, her­manas y demás alle­ga­dos.

Durante el sepe­lio, famil­iares y ami­gos recor­daron a Clau­dia como una madre com­pro­meti­da, tra­ba­jado­ra y sol­i­daria. “Era una bue­na mujer, se des­vivía por sus hijos”, expresó entre lágri­mas su her­mana Patri­cia, quien además pidió jus­ti­cia y sos­tu­vo: “Quer­e­mos que esto no quede impune”. Un tío que via­jó des­de Oberá resum­ió el sen­timien­to de todos: “Dejaron a cin­co chicos sin su madre. No hay con­sue­lo para este dolor”.

La autop­sia rev­eló que Clau­dia sufrió un trau­ma­tismo de crá­neo severo y al menos 23 heri­das con arma blan­ca, muchas de ellas en el ros­tro, cabeza y bra­zos. El niv­el de vio­len­cia dejó con­ster­na­dos a los inves­ti­gadores, quienes secues­traron un machete con ras­tros de san­gre en el lugar del crimen. La prin­ci­pal hipóte­sis apun­ta a un femi­cidio cometi­do por su expare­ja, un joven de 25 años con quien había man­tenido una reciente relación. El acu­sa­do per­manece detenido por orden del Juz­ga­do de Instruc­ción N°4 de Após­toles.

El caso de Clau­dia es el cuar­to femi­cidio reg­istra­do en Misiones en lo que va del año. Las otras víc­ti­mas fueron Aman­da Müller, Soledad Machu­ca y Jua­na Maciel. En todos los casos, las mujeres fueron asesinadas en con­tex­tos de vio­len­cia ejer­ci­da por varones del entorno ínti­mo o famil­iar. La comu­nidad volvió a man­i­fes­tarse con­tra la vio­len­cia de género y exigió respues­tas conc­re­tas para pre­venir más muertes evita­bles.