Una ballena sin vida fue hallada este lunes en aguas del río Paraná, a la altura de la localidad bonaerense de Zárate.
El cuerpo del animal, de aproximadamente 10 metros de largo y en avanzado estado de descomposición, flotaba en cercanías del puente Mitre, en una zona próxima a la costanera local. El hallazgo activó un operativo encabezado por la Prefectura Naval Argentina, con la colaboración de la Dirección Nacional de Fauna Silvestre y especialistas del Conicet, que intentan establecer las causas de la muerte y definir los pasos a seguir para la remoción del cadáver.
Si bien aún no se confirmó la especie, el medio La Voz de Zárate indicó que podría tratarse de una ballena jorobada. Por estas horas, biólogos y peritos realizan estudios para determinar si el deceso fue consecuencia de una colisión con embarcaciones, enfermedades previas o condiciones climáticas desfavorables en el océano.
Este nuevo episodio se suma a una serie de hallazgos similares ocurridos en las últimas semanas en distintos puntos de la costa rioplatense.
A comienzos de mes, una ballena apareció muerta sobre la ribera de Vicente López, en la zona de La Lucila, visible desde el paseo costero. En ese caso, la Prefectura y Defensa Civil activaron un protocolo de emergencia, luego de que un llamado alertara sobre la presencia del animal a la altura del kilómetro 18 del canal costero. Las imágenes del operativo mostraron el cuerpo del cetáceo con las aletas hacia arriba, muy cerca de la orilla, lo que facilitó su intervención.
La semana pasada se encontró otro ejemplar sin vida flotando frente a la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires, en cercanías del Parque de la Memoria. El aviso lo dieron pescadores de la zona de Tierra Santa, que avistaron al animal durante la tarde. En este caso, se trataba de una ballena Sei juvenil, de menos de dos años.
Según especialistas citados por La Nación, esta especie suele habitar en aguas abiertas y profundas, lejos de estuarios o costas bajas como las del Río de la Plata, por lo que su presencia en esa zona resultó particularmente llamativa.
Frente a esta inusual cadena de eventos, las investigaciones intentan establecer si existe algún patrón común entre los casos. Las hipótesis van desde el aumento del tráfico fluvial hasta alteraciones climáticas, pasando por el estrés acústico generado por actividades humanas.
Las autoridades científicas y ambientales continúan monitoreando la situación, en busca de respuestas que permitan entender las causas detrás de estas muertes y prevenir nuevos casos.