19 de octubre de 2025

Insólito: Apareció una ballena muerta en el río Paraná

Apareció una ballena muerta en el río Paraná

Una bal­lena sin vida fue hal­la­da este lunes en aguas del río Paraná, a la altura de la local­i­dad bonaerense de Zárate.

El cuer­po del ani­mal, de aprox­i­mada­mente 10 met­ros de largo y en avan­za­do esta­do de descom­posi­ción, flota­ba en cer­canías del puente Mitre, en una zona próx­i­ma a la costan­era local. El hal­laz­go activó un oper­a­ti­vo encabeza­do por la Pre­fec­tura Naval Argenti­na, con la colab­o­ración de la Direc­ción Nacional de Fau­na Sil­vestre y espe­cial­is­tas del Con­icet, que inten­tan estable­cer las causas de la muerte y definir los pasos a seguir para la remo­ción del cadáver.

Si bien aún no se con­fir­mó la especie, el medio La Voz de Zárate indicó que podría tratarse de una bal­lena joroba­da. Por estas horas, biól­o­gos y per­i­tos real­izan estu­dios para deter­mi­nar si el dece­so fue con­se­cuen­cia de una col­isión con embar­ca­ciones, enfer­medades pre­vias o condi­ciones climáti­cas des­fa­vor­ables en el océano.

Este nue­vo episo­dio se suma a una serie de hal­laz­gos sim­i­lares ocur­ri­dos en las últi­mas sem­anas en dis­tin­tos pun­tos de la cos­ta rio­platense.

A comien­zos de mes, una bal­lena apare­ció muer­ta sobre la rib­era de Vicente López, en la zona de La Lucila, vis­i­ble des­de el paseo cos­tero. En ese caso, la Pre­fec­tura y Defen­sa Civ­il acti­varon un pro­to­co­lo de emer­gen­cia, luego de que un lla­ma­do aler­tara sobre la pres­en­cia del ani­mal a la altura del kilómetro 18 del canal cos­tero. Las imá­genes del oper­a­ti­vo mostraron el cuer­po del cetáceo con las ale­tas hacia arri­ba, muy cer­ca de la oril­la, lo que facil­itó su inter­ven­ción.

La sem­ana pasa­da se encon­tró otro ejem­plar sin vida flotan­do frente a la Costan­era Norte de la ciu­dad de Buenos Aires, en cer­canías del Par­que de la Memo­ria. El avi­so lo dieron pescadores de la zona de Tier­ra San­ta, que avis­taron al ani­mal durante la tarde. En este caso, se trata­ba de una bal­lena Sei juve­nil, de menos de dos años.

Según espe­cial­is­tas cita­dos por La Nación, esta especie suele habitar en aguas abier­tas y pro­fun­das, lejos de estu­ar­ios o costas bajas como las del Río de la Pla­ta, por lo que su pres­en­cia en esa zona resultó par­tic­u­lar­mente lla­ma­ti­va.

Frente a esta inusu­al cade­na de even­tos, las inves­ti­ga­ciones inten­tan estable­cer si existe algún patrón común entre los casos. Las hipóte­sis van des­de el aumen­to del trá­fi­co flu­vial has­ta alteraciones climáti­cas, pasan­do por el estrés acús­ti­co gen­er­a­do por activi­dades humanas.

Las autori­dades cien­tí­fi­cas y ambi­en­tales con­tinúan mon­i­tore­an­do la situación, en bus­ca de respues­tas que per­mi­tan enten­der las causas detrás de estas muertes y pre­venir nuevos casos.

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