17 de octubre de 2025

Matemática: el 54% de los estudiantes argentinos admitió distraerse con el celular en clases

54% de los estudiantes argentinos admitió distraerse con el celular en clases

Así respondieron los estu­di­antes en las prue­bas Pisa donde Argenti­na tiene el por­centa­je más alto entre 80 país­es. El 46% respondió que se dis­trae por el uso que hacen otros com­pañeros. Jun­to con Uruguay y Chile tiene los nive­les más altos de dis­trac­ción y, por con­sigu­iente, desem­peños rel­a­ti­va­mente bajos en esa mate­ria.

El 54% de los y las estu­di­antes argenti­nos de 15 años declaró dis­traerse con dis­pos­i­tivos dig­i­tales en clases y el 46%, dis­traerse por com­pañeros que los uti­lizan. Ambos por­centa­jes son los más altos entre los alum­nos de los 80 país­es que par­tic­i­paron de las prue­bas Pisa que se lle­varon ade­lante en el país en sep­tiem­bre de 2022 sobre el uso de los dis­pos­i­tivos dig­i­tales en las escue­las. Los resul­ta­dos se dieron a cono­cer en diciem­bre del 2023.

Los datos sur­gen del análi­sis de las respues­tas a pre­gun­tas sobre el uso de dis­pos­i­tivos dig­i­tales en el entorno esco­lar que con­tes­taron 613.744 alum­nos de esa edad de 80 país­es que par­tic­i­paron de la prue­ba. En Argenti­na respondieron 12.111 estu­di­antes. 

Es así que el informe denom­i­na­do “Celu­lar en el aula: uso, dis­trac­ción y apren­diza­jes”, del Obser­va­to­rio de Argenti­nos por la Edu­cación, con autoría de Andrea Goldin (Con­icet y Lab­o­ra­to­rio de Neu­ro­cien­cia, Uni­ver­si­dad Tor­cu­a­to Di Tel­la), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guil­lén (Obser­va­to­rio de Argenti­nos por la Edu­cación) da cuen­ta de que más de la mitad de los estu­di­antes argenti­nos de 15 años declar­an que se dis­traen con dis­pos­i­tivos dig­i­tales pro­pios (celu­lares, apli­ca­ciones, sitios web, entre otros) en las clases de Matemáti­ca y un 46% afir­ma que se dis­trae por el uso que hacen otros com­pañeros.

Los resul­ta­dos de Pisa mues­tran una relación neg­a­ti­va entre la dis­trac­ción por el uso de dis­pos­i­tivos dig­i­tales en clase y el desem­peño en Matemáti­ca: los país­es con más estu­di­antes dis­traí­dos tien­den a obten­er pun­ta­jes más bajos. Argenti­na (54%), Uruguay (52%) y Chile (51%) tienen los nive­les más altos de dis­trac­ción y desem­peños rel­a­ti­va­mente bajos, mien­tras que Japón (5%) y Corea del Sur (9%) pre­sen­tan baja dis­trac­ción y altos pun­ta­jes en Matemáti­ca. 

Los autores expli­can que hay fac­tores como la reg­u­lación del uso de la tec­nología, las estrate­gias pedagóg­i­cas y el niv­el socioe­conómi­co de los estu­di­antes que pueden influir en esta relación.

Según las respues­tas de los estu­di­antes, Argenti­na (46%), Chile (42%) y Brasil (40%) pre­sen­tan los nive­les más altos de dis­trac­ción por el uso de dis­pos­i­tivos de otros com­pañeros; en el otro extremo se ubi­can Corea del Sur (9%) y Japón (4%).

El uso diario del celu­lar en la escuela aumen­tó en casi todos los país­es entre 2018 y 2022. En 2022, un 54% de los estu­di­antes en Argenti­na usa­ba el celu­lar todos los días en la escuela, y es el mis­mo por­centa­je de chicos que admite dis­traerse. ​ 

Los resul­ta­dos tam­bién mues­tran que en los país­es con más restric­ciones al uso de celu­lares en la escuela, los nive­les de dis­trac­ción tien­den a ser menores. Japón, Corea del Sur y Macao (Chi­na) com­bi­nan bajas tasas de dis­trac­ción con may­ores restric­ciones al uso de dis­pos­i­tivos en las aulas.

Noti­fi­ca­ciones y estar en línea

El informe tam­bién abor­dó el impacto de las noti­fi­ca­ciones y la pre­sión por estar online durante las clases. De los país­es par­tic­i­pantes en Pisa, Esto­nia (41%), Palesti­na (39%), Ara­bia Sau­di­ta (38%), Jor­da­nia (38%) y Argenti­na (38%) reg­is­tran la may­or pro­por­ción de estu­di­antes que nun­ca desac­ti­van las noti­fi­ca­ciones en clase, mien­tras que Turquía (15%), Irlan­da (15%), Japón (13%) y Corea del Sur (9%) pre­sen­tan los val­ores más bajos.

Los varones tienen una may­or ten­den­cia a dejar las noti­fi­ca­ciones acti­vadas en clase. Argenti­na fue el úni­co país de los diez país­es lati­noamer­i­canos eval­u­a­dos en el que el por­centa­je de mujeres que se sien­ten pre­sion­adas para respon­der men­sajes es may­or al por­centa­je de varones.

“Los datos aquí pre­sen­ta­dos mues­tran parte de lo que viene pasan­do en las aulas de nue­stro país. En los últi­mos datos disponibles, Argenti­na lid­era por casi 10 pun­tos por­centuales el podio lati­noamer­i­cano de noti­fi­ca­ciones acti­vadas durante las clases. El hecho de que ‘solo’ el 54% de los ado­les­centes de 15 años usaran su celu­lar todos los días en la escuela sug­iere que si más estu­di­antes hubier­an tenido más celu­lares disponibles, los val­ores en dis­trac­ción y/o rendimien­to habrían sido peo­res. De esto se despren­den dos posi­bil­i­dades: fomen­tar la pro­hibi­ción de uso de dis­pos­i­tivos en las escue­las, o en cam­bio, dedicar tiem­po a ​ acom­pañar a los ado­les­centes en el apren­diza­je del uso, con autonomía y respon­s­abil­i­dad de estas her­ramien­tas que actual­mente tienen a mano y que, sin dudas, seguirán usan­do en el futuro”, explicó Andrea Goldin, una de las autoras del informe.

“Las inves­ti­ga­ciones son con­tun­dentes: la pres­en­cia del celu­lar en el aula tiene efec­tos dis­trac­tivos y per­ju­di­ciales. Si acor­damos lim­i­tar su uso a momen­tos pun­tuales donde la activi­dad lo jus­ti­fique, surge un desafío impor­tante: ¿cómo se ges­tiona y con­tro­la el no uso? Esto nos lle­va a la necesi­dad de definir políti­cas insti­tu­cionales claras. ¿Dónde se cus­to­di­an los dis­pos­i­tivos? ¿Se reco­gen en una caja o bol­sa? ¿Quién asume la respon­s­abil­i­dad de esa tarea?”, sos­tu­vo Fabio Tara­sow, coor­di­nador del Proyec­to Edu­cación y Nuevas Tec­nologías (Pent) de Flac­so. Y agregó: “Sin estrate­gias insti­tu­cionales bien definidas y un respal­do acti­vo a docentes y direc­tivos para imple­men­tar­las, el prob­le­ma per­siste”.

“En bue­na hora somos más cuida­dosos con el celu­lar en el aula. Esta­mos atrav­es­an­do un perío­do de tur­bu­len­cias psi­coso­ciales incubadas por la pre­sión del Fomo (miedo a perder­se algo), la insana social­i­dad dig­i­tal, en donde los que más sufren son las infan­cias y ado­les­cen­cias”, planteó, por su parte, Ale­jan­dro Artopou­los, direc­tor del Cen­tro de Inno­vación Pedagóg­i­ca de la Uni­ver­si­dad de San Andrés. 

“Pero no hay que perder de vista que la escuela debe asumir la respon­s­abil­i­dad de dotar a nue­stros chicos de las capaci­dades para sus proyec­tos de vida y ejercer la ciu­dadanía dig­i­tal con autonomía. Reg­u­lar el uso no es sinón­i­mo de absti­nen­cia”, aclaró Artopou­los.

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